Las y los trabajadores ecuatorianos han venido sufriendo durante décadas del hambre, explotación y miseria, a causa de gobiernos neoliberales que encarecen el costo de vida. La economía mundial está estancada y los gobiernos neoliberales no encuentran mejor solución que la precariedad laboral como norma, siguiendo la receta del Fondo Monetario Internacional, han empobrecido al trabajador con medidas que solo benefician a los grupos de poder. Es en este contexto que la consulta mañosa de Noboa se insertó en el Ecuador, con la firme intención de aprobar el trabajo por horas y los arbitrajes internacionales y también con el objetivo primordial de mantenernos en estado de guerra y militarización, culpando a los sectores más empobrecidos, de sus propios negocios clandestinos con el narco.
A pesar del gran despliegue propagandístico de Noboa y de los medios de comunicación tradicionales que auparon toda la consulta. El obrero y el campesino le dijeron NO a la política explotadora de las elites, NO a la regresión de los derechos laborales que fueron conseguidos con sangre obrera. El campesino le dijo NO al arbitraje internacional, porque somos nosotros el pueblo trabajador, las mujeres, las comunidades, los estudiantes quienes pagamos sus consecuencias.
El pueblo ecuatoriano ha sido testigo de que el arbitraje internacional solo sirve para beneficiar a las grandes multinacionales, empresas mineras y petroleras que han venido a saquear nuestros recursos, destruyendo el ecosistema único que posee nuestro país. Garantizando la impunidad y la corrupción, para que estas empresas sigan con el robo de lo que le pertenece al pueblo.
Esta consulta no es una ganancia completa, pues, el proyecto de guerra contra los sectores empobrecidos y la criminalización de las comunidades en resistencia sigue en pie y en esta consulta se ve fortalecido. Las comunidades y los barrios populares ven como la militarización de sus territorios no tiene mayor objetivo que el de reforzar el discurso del enemigo interno, la criminalización de la pobreza y en sí la fascistización de la sociedad, mientras ellos, la burguesía y el narco saquean, destruyen y corrompen nuestra tierra.
Con estos resultados electorales solo ratificamos que, la organización popular debe fortalecerse, continuar agitado y construyendo nuestra ofensiva. La unidad entre las organizaciones populares y revolucionarias es urgente para enfrentar en todas las trincheras al gobierno Neoliberal de Noboa.