Por: Alejandro Ríos Alvear, Militante del PCE – Pichincha
El pueblo ecuatoriano atraviesa una época crítica, agravada por la indolencia y desconexión de un presidente ausente. Con entrevistas amañadas e informes a la nación mínimos y genéricos, Daniel Noboa demuestra un claro desconocimiento de lo que implica administrar un país y coordinar con las carteras de Estado. Inseguridad, asesinatos, déficit en la Salud Pública, falta de trabajo y apagones de hasta 14 horas evidencian una falta de coordinación en la administración pública y, peor aún, una estrategia para la privatización del sector eléctrico.
En sus intervenciones “calmadas”, planas y sin emoción, Noboa muestra una preocupante falta de empatía con el pueblo. Mientras busca la reelección, es momento de decirle: ¡hasta aquí nomás!. Noboa debió irse hace tiempo, pero un pueblo concentrado en sobrevivir—en alimentar a su familia, pagar un arriendo y mantener un trabajo inestable—no puede organizarse fácilmente. Esta es la doctrina del Shock, respaldada por grandes medios tradicionales y periodistas mercenarios que, sin conciencia, apoyan al gobierno de Noboa, como antes lo hicieron con Moreno y, en especial, con Lasso. Una triada de la miseria.
¡No nos rendimos! Seguimos convocándonos. Ecuador necesita empleo digno, derecho a la salud, acceso a servicios básicos (energía incluida), alimentación, educación y jubilación digna. ¡Basta de neoliberalismo! Nosotros, trabajadores, profesionales y gente de a pie, debemos unirnos. La marcha del 31 de octubre ha sido el inicio de una movilización organizada que muestra lo cansada que está la clase trabajadora y los estudiantes. No será la última: estamos en un momento de supervivencia. Noboa no gobierna para el pueblo, y no tiene intención de hacerlo; su mandato no deja más que cenizas.
El pueblo organizado le dice NO a un gobierno de cartón, NO a la reelección. Ecuador no aguanta más. Nuevamente, los jóvenes estudiantes y los trabajadores lideran la iniciativa. Seguimos en la lucha y ahora es el momento de actuar.