Hablar de crisis, de descomposición y decadencia del Ecuador es un asunto cotidiano; se normaliza la desensibilización con respecto a la violencia sistemática, se normaliza también el imaginario de la violencia y sus efectos. Sin embargo, algo de lo cual no hay consciencia es que toda esta decadencia es efecto propio de un capitalismo en crisis y descomposición. Una nueva forma agresiva y hostil de acumular capital: la violencia del narco que cada vez nos sume a situación de narco estado; sumando a esto, el silencio y complicidad de un gobierno administrado por una familia que se ha enriquecido por el contrabando, la evasión y la explotación.
Esta tendencia de lo violento se encuentra articulada a una forma de capitalismo monopólico en el que prima la violencia y se encuentra articulado a un imperio internacional de negocios ilícitos: trata de niños, contrabando de hidrocarburos, paramilitarismo, coyoterismo y trata de esclavos, tráfico de órganos, venta ilícita de armas y más negocios ilegales que frente a la inacción de los Estados como de las fuerzas del orden, se fortalecen estos nexos y vínculos basados en acumulación violenta. No es un fenómeno solo en Ecuador, es una realidad mundial de un nuevo enemigo que controla a la burguesía tornándose un nuevo grupo de poder, una nueva burguesía.

Esta tendencia de lo violento se encuentra articulada a una forma de capitalismo monopólico en el que prima la violencia y se encuentra articulado a un imperio internacional de negocios ilícitos: trata de niños, contrabando de hidrocarburos, paramilitarismo, coyoterismo y trata de esclavos, tráfico de órganos, venta ilícita de armas y más negocios ilegales que frente a la inacción de los Estados como de las fuerzas del orden, se fortalecen estos nexos y vínculos basados en acumulación violenta. No es un fenómeno solo en Ecuador, es una realidad mundial de un nuevo enemigo que controla a la burguesía tornándose un nuevo grupo de poder, una nueva burguesía.
Frente a esto, la teatralidad que ofrecen los gobiernos de América Latina ya no pueden sostenerse; como si el telón va cayendo y los dramaturgos se encuentran más identificados entre aquellos casos no investigados a profundidad por la Fiscalía General del Estado: caso padrino, caso inapapers, caso mafia albanesa y que para mantener la pantomima de que se hace algo se implementan otras nuevas formas de show: caso metástasis, caso Daniel Noboa, caso generadores eléctricos.
Los negocios amarrados entre el Estado y el inepto de Daniel Noboa, tal como los generadores eléctricos cuya familia es la más grande importadora (con decreto de 0% de impuesto), las colaciones escolares que también pertenece a la señora Isabel Noboa, tía del presidente. Mientras que la ciudadanía siga sometida a las extorciones, al mando del hampa, a la crisis energética, al silencio de los medios de comunicación, complicidad de la policía y de los narcogenerales, ineptitud de los asambleístas, y por cierto cómo olvidar, de la extraña presencia de bandas dentro del Consejo Nacional Electoral cooperando con personal.
En fin, es la naturaleza del capitalismo, acumular, ahorrar, invertir, consumir, usar dinero a través de modalidades agresivas, sanguinarias, violentas, criminales; mientras que el Estado decae progresivamente a un abismo del que nadie podrá sacarlo.
Marcos Lovato